Diálogos Urbanos: Ciudades del Futuro

Cultura y desarrollo urbano sostenible

9 agosto, 2024

Juan Aranovich

Las expresiones culturales locales, como las tradiciones, las artes, los festivales y la gastronomía, constituyen un recurso endógeno invaluable para las ciudades. Desde el IDUF entendemos que integrar la cultura a una visión más amplia de desarrollo urbano es fundamental para alcanzar un futuro sostenible e inclusivo.

Cultura y desarrollo urbano sostenible

Introducción

La cultura y la creatividad son componentes fundamentales del desarrollo urbano sostenible. La cultura es un elemento integral de la vida en las ciudades, capaz de moldear las identidades, las relaciones sociales y los paisajes urbanos. Las expresiones culturales locales fortalecen la identidad y el sentido de pertenencia de los habitantes, generando un mayor arraigo y compromiso con sus ciudades.

Desde el Instituto para los Desafíos Urbanos del Futuro (IDUF) entendemos que integrar la cultura a una visión más amplia de desarrollo urbano es fundamental para alcanzar un futuro sostenible e inclusivo. 

Las expresiones culturales locales, como las tradiciones, las artes, los festivales y la gastronomía, constituyen un recurso endógeno invaluable para el desarrollo urbano. Estas manifestaciones culturales no solo fortalecen la identidad y el sentido de pertenencia de los habitantes, sino que también pueden ser aprovechadas para impulsar el desarrollo económico, mejorar la calidad democrática y revitalizar los espacios públicos.

Creemos que es necesario comprender mejor los diversos ecosistemas culturales que existen en nuestro tejido urbano para identificar cuales son los desafíos que se presentan hoy de cara a construir políticas públicas que garanticen el acceso, promuevan la diversidad, aporten al desarrollo de la industria y la generación de empleo. 

Para ello abordaremos algunas de las intersecciones fundamentales donde creemos que el desarrollo cultural puede impactar directamente en la construcción de bienestar, mejorar la convivencia y capitalizar nuevas oportunidades para enfrentar los desafíos urbanos del futuro.

Industrias culturales e Innovación Urbana

Las industrias culturales no solo enriquecen la vida de las personas, sino que también desempeñan un papel fundamental en el crecimiento económico de las ciudades y los países. Al generar empleo, atraer turistas, fomentar la inversión y estimular la innovación, estas industrias contribuyen significativamente al desarrollo económico.

La creación y producción de bienes y servicios culturales requieren de una fuerza laboral calificada, generando numerosos empleos directos en sectores como el diseño, la producción artística, la gestión cultural y la distribución. Además, estas industrias generan empleo indirecto en sectores como el turismo, la hostelería, la construcción y los servicios.

Las ciudades con una rica oferta cultural atraen a un mayor número de turistas, quienes gastan dinero en alojamiento, alimentación, transporte y la adquisición de productos culturales. El turismo cultural se ha convertido en una importante fuente de ingresos para muchas ciudades, contribuyendo a diversificar sus economías.

Las industrias culturales también pueden atraer inversión extranjera directa, ya que muchas empresas multinacionales reconocen el valor de la cultura como un factor de diferenciación y buscan invertir en ciudades con una escena cultural vibrante. Además, el desarrollo de las industrias culturales puede estimular la innovación en otros sectores, al fomentar la creatividad y la generación de nuevas ideas.

Buenos Aires es un ejemplo paradigmático de cómo las industrias culturales pueden impulsar el desarrollo económico y urbano. La ciudad cuenta con una rica historia cultural, una vibrante escena artística y una gran cantidad de eventos culturales a lo largo del año. 

El impacto de las industrias culturales en la economía porteña es central, incluso sin medir el impacto de las actividades asociadas como el turísmo y la gastronomía. 

Según el Informe “Empleo cultural 2022” de Data Cultura del Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires: En 2022 el sector cultural generaba 187.496 puestos de trabajo, lo que representa el 7,2% del total del empleo privado en CABA.

El subsector con mayor participación es el “audiovisual” representando el 25,1% de los trabajadores culturales, seguido por “diseño” 19,8%, “publicidad” 14.9% y “libros y publicaciones”10%.

El sector cultural se destaca como uno de los sectores con mayor proporción de empleo joven (23,5% son menores de 30 años, 5,7 pp más que el promedio de CABA). 

No es descabellado suponer que para una ciudad como Buenos Aires, las industrias culturales son uno de los principales motores de su economía. Sin embargo aún no tenemos indicadores de calidad que midan cual es el impacto del sector a nivel local. 

Sabemos también que esta industria emplea jóvenes, fomenta la innovación y el desarrollo sostenible, pero tampoco tenemos herramientas claras para poder entender cual es el impacto real y el potencial de desarrollo y transformación, en términos sociales y ambientales de la misma.

Profundizar sobre el análisis de este ecosistemas y generar herramientas para medir el triple impacto que genera el sector cultural será una de las búsquedas del IDUF. 

La revitalización de los espacios públicos:

La revitalización de los espacios públicos y la creación de ambientes más atractivos y vivibles se ven favorecidas por la cultura, entendida como un tejido social dinámico y en constante evolución. En este sentido, la cultura se manifiesta en los espacios públicos, transformándolos en escenarios de encuentro, intercambio y creación. Las calles, las plazas, los cafés, son prolongaciones del hogar, lugares donde se vive la vida en común. Estos espacios se constituyen como un eje central para combatir la creciente individualización de la vida urbana en las ciudades contemporáneas. 

Helen Nester y Nick Srnicek, en su obra “Después del Trabajo”, nos invitan a repensar radicalmente el concepto de lujo. Tradicionalmente asociado al consumismo desenfrenado y a la exclusividad, el lujo, según estos autores, puede ser reimaginado como un bien accesible a todos, enfocado en mejorar la calidad de vida y el bienestar colectivo.

El lujo público se aleja de la ostentación y la acumulación de bienes materiales para centrarse en la creación de experiencias compartidas y enriquecedoras. No se trata de poseer objetos caros, sino de disfrutar de servicios y espacios de alta calidad que estén al alcance de todos. Este nuevo paradigma del lujo busca democratizar el acceso a bienes esenciales como la educación, la cultura,  la salud, la vivienda y los espacios verdes, transformándolos en bienes públicos de primera calidad.

Al invertir en infraestructuras culturales, como museos, bibliotecas y teatros de primer nivel, y al ofrecer programas culturales gratuitos o a bajo costo, las ciudades no solo enriquecen la vida de sus habitantes, sino que también sino que también convierte a las ciudades en destinos culturales atractivos,  generan un sentido de comunidad y aportan al bienestar urbano. 

Desde el Instituto para los Desafíos Urbanos del Futuro, entendemos que incorporar la dimensión cultural al desarrollo de los espacios públicos es fundamental para aportar a la convivencia y al bienestar en las ciudades. Por eso entendemos necesario profundizar en esta agenda pensándolo en la agenda de las oportunidades para el desarrollo sostenible de las ciudades. 

Participación cultural y calidad democrática.

En la actualidad, la calidad de las democracias a nivel global presenta un panorama complejo y cambiante. Si bien la democracia sigue siendo un ideal ampliamente compartido, diversos factores internos y externos han puesto a prueba su solidez en muchas regiones del mundo

La democracia y la cultura son dos pilares fundamentales para el desarrollo de una sociedad solidaria, próspera y justa. En Argentina, al igual que en el resto de América Latina, la relación entre estos dos elementos ha sido objeto de estudio e interés en las últimas décadas.

Néstor García Canclini, sociólogo argentino-mexicano, describe la participación cultural como “el proceso mediante el cual los individuos y grupos sociales se apropian de bienes culturales, los transforman y los integran en sus prácticas cotidianas, contribuyendo así a la construcción dinámica y plural de la cultura” (García Canclini, 1990). En esta definición, Canclini resalta la acción activa de las personas en la producción cultural, la reinterpretación de significados y la influencia mutua entre la cultura oficial y las expresiones populares, enriqueciendo así la diversidad cultural de una sociedad.

Guillermo O’Donnell, reconocido politólogo argentino, define la calidad democrática como “la vigencia simultánea de un conjunto de instituciones, normas y prácticas que aseguran la presencia y la competencia efectiva de actores sociales en el ejercicio del poder político y la protección de derechos fundamentales” (O’Donnell, 1998). En esta definición, O’Donnell destaca la importancia de la efectividad de las instituciones democráticas, la participación ciudadana significativa y la protección de los derechos como pilares fundamentales de la calidad democrática

Desde el IDUF creemos fundamental explorar el vínculo entre la calidad democrática y la participación cultural en las ciudades de América Latina. La participación en actividades culturales puede fomentar la participación política y fortalecer la democracia. El acceso a espacios culturales donde se promueva el diálogo, la interacción social y la expresión creativa puede empoderar a las personas y motivarlas a participar más activamente en los asuntos públicos.

Para profundizar sobre esta agenda de oportunidad, nos proponemos desarrollar un índice de calidad democrática y participación política en Argentina, usando como referencia el IFCD (Índice de Cultura y Democracia desarrollado por el parlamento europeo), que considere los indicadores más relevantes para el contexto nacional. El objetivo es contar con una herramienta de medición que permita evaluar el estado de la democracia y la participación ciudadana en el país, identificando áreas de fortaleza y desafíos a abordar.

Tecnologías, cultura y ciudades.

Las nuevas tecnologías han tejido una intrincada red que conecta nuestras vidas, nuestras ciudades y nuestra cultura de maneras inimaginables hace apenas unas décadas. Las plataformas digitales, con su capacidad para conectar a personas de todo el mundo y poner al alcance de un clic una inmensa variedad de contenidos, han revolucionado la forma en que consumimos cultura. Películas, música, libros y obras de arte están ahora a solo un clic de distancia, democratizando el acceso a la cultura y generando nuevos hábitos de consumo. Sin embargo, esta personalización algorítmica, si bien cómoda, plantea desafíos como la formación de burbujas informativas y la homogeneización de los gustos culturales.

Paralelamente, la inteligencia artificial está transformando la creación y distribución de contenidos culturales. Desde la composición musical hasta la generación de imágenes, la IA está redefiniendo los límites de la creatividad humana. Sin embargo, esta revolución tecnológica plantea interrogantes fundamentales sobre la originalidad, la autoría y el papel de la tecnología en la expresión artística.

Las ciudades, como epicentros de la innovación y la diversidad, están experimentando una transformación profunda gracias a las nuevas tecnologías. La sensorización, el big data y la inteligencia artificial permiten optimizar el transporte, la gestión de residuos y la eficiencia energética, convirtiendo a las ciudades en entornos más inteligentes y sostenibles. No obstante, es fundamental garantizar que estas tecnologías se implementen de manera equitativa y que no exacerben las desigualdades existentes.

Esta relación entre tecnología y cultura en las ciudades plantea desafíos y oportunidades que entendemos son fundamentales para pensar el futuro de las ciudades, por eso el IDUF se propone desarrollar una serie de debates que nos permitan profundizar la discusión sobre estos temas garantizando dispositivos de intercambio dinámicos que entiendan la velocidad de esta época.